Su manto con ribete de armiño, envuelve el globo y denota soberana majestad.
El cetro en su mano derecha, ligeramente inclinado en señal de misericordia, afirma su autoridad y potestad.
La deslumbrante blancura de sus vestidos y del lirio que yace a sus pies evocan su pureza virginal.
El lado de su manto que esta vuelto hacia los hombres es el color del amanecer y les habla de la esperanza.
El rosario que lleva puesto nos invita a rezar y las rosas que adornan las grandes cuentas son símbolo de su infinito amor.
Camina hacia adelante en la esfera que representa el mundo, para encontrarse con sus hijos y ayudarles en sus tribulaciones; sin embargo, sus pies apenas se deslizan por el globo como recordatorio de que este mundo no es sino un pasaje que conduce a la eterna patria.